[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Los informes expertos arrojaron datos desoladores al inicio de la pandemia. Frente al espectacular crecimiento de productos de limpieza e higiene –las ventas de lejía, desinfectantes, jabones de manos o geles se dispararon en tiempo récord–, los artículos de belleza como labiales, máscaras de pestañas e incluso fragancias, desaparecieron del escenario. ¿Quién querría pintarse los labios para no salir de casa?

Sin embargo, algo ha cambiado en el universo beauty con el avance en la desescalada y la entrada en la nueva normalidad y que, probablemente, ya no se pueda revertir. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Por un lado el incremento de ventas a través del online. Si antes del coronavirus el porcentaje de personas que compraba artículos beauty por Internet era significativamente bajo en comparación con, por ejemplo, los que compraban ropa, ahora es mucho más alto. Además, el interés del consumidor por llevar una vida lo más healthy posible y la evidencia de los daños ocasionados en el planeta por el cambio climático, ha hecho que muchos se piensen dos veces qué tipo de crema se aplican en la cara. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1599049146934{background-image: url(https://magazine.adictic.com/wp-content/uploads/2020/09/INT_1.jpg?id=2868) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]

Nuevos hábitos de consumo están cambiando el mundo de la belleza, que se esfuerza por sacar al mercado productos cada vez más naturales y sostenibles.

[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»70″][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»80″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561554148183{padding-top: 80px !important;padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Las formulaciones naturales, libres de parabenos y de sustancias sintéticas, ganan adeptos y protagonizan un movimiento imparable que reivindica el uso de este tipo de productos. Lejos de lo que se pensaba antaño sobre la eficacia de la belleza eco friendly, los consumidores han aumentado su nivel de confianza y creen firmemente en aceites, jabones y cremas que se publicitan como libres de tóxicos y que, además, no han sido testados en animales. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Elementos como la seguridad, la transparencia y las buenas prácticas han pasado a ser condiciones decisivas a la hora de decantarse por uno u otro producto y eso, sumado a la imagen, cada vez más cuidada, de la clean beauty, provoca que cada vez más consumidores sean proclives a su uso.

 [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][gem_image position=»centered» src=»2869″][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=»bottom-to-top» css=».vc_custom_1561555563953{padding-top: 55px !important;padding-bottom: 10px !important;}»][vc_column offset=»vc_col-md-6″][gem_quote style=»1″ no_paddings=»1″ custom_style=»1″ background_color=»#000000″ text_color=»#ffffff» quote_color=»#656565″]

Todo apunta a que el fast fashion se encamina hacia un modelo de negocio cada vez más slow.

[/gem_quote][/vc_column][vc_column offset=»vc_col-md-6″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]En este sentido, el grupo de moda sueco, &Other Stories, lanza al mercado una nueva línea de productos de body care inspirados en la energía verde de Estocolmo y sus islas. En total son nueve artículos diferentes destinados al cuidado del cuerpo y que están organizados por fragancias: Humlegården, Lärkstaden and Fjäderholmarna. 

Pero detrás de estos nombres impronunciables nos encontramos cuidadísimas etiquetas, frascos fabricados a partir de plástico reciclado y formulaciones veganas aprobadas por la Vegan Society. [/vc_column_text][gem_divider margin_top=»50″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561554170033{padding-top: 80px !important;padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Además, toda la colección –que incluye body scrubs, lociones hidratantes y calmantes y cremas limpiadoras–, está producida en Suecia y cumple con los estándares que exigen los productos formulados con ingredientes de origen natural. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Lo cierto es que no es la primera vez que la cadena sueca se adentra en el mundo de la belleza –de hecho cuenta con una línea permanente de productos beauty y maquillaje como complemento a sus amplísimas colecciones de moda en todas sus tiendas físicas y online–. Pero nunca antes se había atrevido con formulaciones completamente naturales. Una prueba más de que, el fast fashion se encamina hacia un modelo de negocio cada vez más slow. 

Fotos: Cortesía de &Other Stories.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]