Si te gustaba el cottagecore no podrás decir que no a la nueva tendencia comfy, el cabincore

La llegada oficial del otoño trae consigo una nueva obsesión estilística.

Si te gustaba el cottagecore no podrás decir que no a la nueva tendencia comfy, el cabincore

[vc_row][vc_column][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»][/vc_column_text][gem_divider margin_top=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561553716331{padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]El verano de 2020 fue el verano del cottagecore sin embargo, la llegada oficial del otoño, con sus días grises, sus escasas horas de luz solar y su tendencia a la nostalgia, da la bienvenida a una nueva obsesión estilística: el cabincore. Todas aquellas que, durante los meses de calor, abrazaron con fuerza los vestidos pradera tendrán que resignarse porque, en otoño de 2020, lo que se lleva son las camisas con estampado búfalo, las sandalias de fieltro con calcetines de punto, los mocasines con borrego y los pantalones de algodón.

El look comfy por excelencia da el salto a la calle y deja atrás cualquier prejuicio de las que pensaban que se trataba solamente de estilismos indoors porque, si por algo recordaremos el 2020 (estilísticamente hablando), será por ser el año en el que se difuminó la frontera entre la ropa para estar por casa y la que nos ponemos para salir a la calle. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Pero ¿en qué consiste exactamente el cabincore? Es, exactamente, lo que te estás imaginando que puede ser. Esa estética definida por los mosquetones, las maderas naturales y los materiales de las casas de campo, la franela y las cazadoras estilo Carhartt forma parte de esos movimientos “core” –normcore, cottagecore y, por fin, cabincore–, es, en el otoño de 2020, una tendencia al alza.

Pero no solamente afecta a la hora de vestir, la decoración rústica también está de moda. Piezas midcentury de inspiración campestre, velas naturales y otros elementos de aspecto rudo también forman parte de esta nueva escena que aboga por la comodidad ante todo. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row full_width=»stretch_row_content» equal_height=»yes»][vc_column width=»1/2″ css=».vc_custom_1602497411757{background-image: url(https://magazine.adictic.com/wp-content/uploads/2020/10/int_1-3.jpg?id=3972) !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][gem_divider margin_top=»400″][/vc_column][vc_column width=»1/2″ disable_custom_paddings_mobile=»true» css=».vc_custom_1561556193635{padding-top: 50px !important;padding-right: 80px !important;padding-bottom: 50px !important;padding-left: 80px !important;background-color: #000000 !important;}»][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»130″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]

Todas aquellas que, durante los meses de calor, abrazaron con fuerza los vestidos pradera tendrán que resignarse porque, en otoño de 2020, lo que se lleva son las camisas con estampado búfalo, las sandalias de fieltro con calcetines de punto, los mocasines con borrego y los pantalones de algodón.

[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»70″][vc_row_inner][vc_column_inner offset=»vc_hidden-xs»][gem_divider margin_top=»80″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1561554148183{padding-top: 80px !important;padding-bottom: 60px !important;}»][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]En definitiva, todo aquello que se te viene a la cabeza cuando piensas en una cabaña en medio del bosque entraría dentro de la definición de cabincore. ¿Y por qué justo ahora, que el mundo lucha contra una pandemia, que los gobiernos adoptan medidas cada día más restrictivas ante el aumento creciente de casos y que el panorama general augura largas horas a cubierto, surge esta alternativa estética a las camisas con cuello bobo, a los tops elegantes y a las faldas midi de piel?

En realidad, es cuestión de pura lógica. Hace tan solo unos meses –que parecen años–, en los momentos más duros del confinamiento, internet y las redes sociales como Instagram comenzaron a ser testigos de un movimiento que abogaba por relegar los vaqueros a un segundo plano y rescatar el chandal gris de algodón, para teletrabajar en casa, sí, pero también para bajar a comprar flores o para dar un paseo con tu perro. Prescriptoras como Camille Charrière o Leia Sfez se fotografiaban en sus casas, en sus barrios o en la tienda de flores de la esquina con sus jerseys gruesos y sus pantalones de algodón. Y era cool. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]Así que, en realidad, era solo cuestión de tiempo que el confort chic -así comenzó a llamarse a la estética que apostaba por los leggings en lugar de los jeans y por las sudaderas en lugar de las blusas de organza-, diese un paso más allá y se instaurase definitivamente en nuestras vidas diarias.

Porque, además, este término no hace únicamente referencia a una tendencia estética para vestirnos o para decorar nuestra casa. El cabincore engloba todo un estilo de vida que alaba las virtudes de la vida en el campo, la cocina slow y la vida tranquila. Una reacción lógica si pensamos todo lo que ha supuesto para la vida en las grandes ciudades las consecuencias de la pandemia y del confinamiento.

 

 [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][gem_image position=»centered» src=»3971″][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=»bottom-to-top» css=».vc_custom_1561555563953{padding-top: 55px !important;padding-bottom: 10px !important;}»][vc_column offset=»vc_col-md-6″][gem_quote style=»1″ no_paddings=»1″ custom_style=»1″ background_color=»#000000″ text_color=»#ffffff» quote_color=»#656565″]

El cabincore engloba todo un estilo de vida que alaba las virtudes de la vida en el campo, la cocina slow y la vida tranquila.

[/gem_quote][/vc_column][vc_column offset=»vc_col-md-6″][vc_column_text css_animation=»bottom-to-top»]La idealización de la vida en el campo, la soledad, el do it yourself… todos son aspectos que definen una corriente estética que algunas voces aseguran surgió como una corriente decorativa para hacer frente al minimalismo de las décadas anteriores. Porque todo lo que tiene de frío la una, lo tiene de cozy la otra. Además, en plena pandemia, la necesidad de escapar de la realidad, incrementa esa idealización y ese deseo de poner distancia de los lugares en los que la vida resulta ahora más difícil: las grandes ciudades. Lo que antes ofrecían las capitales, sobre todo en cuestiones referentes al ocio y a las posibilidades laborales, se han ido esfumando con el avance de la covid, con lo que imaginar un presente y un futuro mucho más respetuoso con la vida, en general, es una reacción muy humana. 

Fotos: Cortesía de Urban Outfitters.[/vc_column_text][gem_divider margin_top=»50″][/vc_column][/vc_row]

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